Un tratamiento facial comienza con una doble limpieza, con productos elegidos para su biotipo cutáneo (normal, seca, grasa, combinada, sensible, madura). Se analiza su piel a través de una lámpara de aumento iluminada, que revela tipos de pieles y condiciones. Lo siguiente es una exfoliación, utilizando técnicas particulares para su tipo de piel, pudiendo ser mecánica (microdermoabrasión o espátula ultrasónica) o química. Si tu piel lo requiere, haremos extracciones de espinillas, puntos negros y blancos. Esto es seguido por un masaje facial o aparatología aplicada para estimular su piel y los músculos faciales. Se aplica una mascarilla durante 10/15 minutos, seguido por un cóctel de sueros para nutrir su dermis, crema y protector solar. Al finalizar la sesión, hablaremos un momento sobre un régimen de cuidado post tratamiento, apropiado para uso doméstico, ya sea para mejorar y/o mantener aún más los efectos del tratamiento realizado.